miércoles, 24 de marzo de 2010

CANDADOS Y LLAVES

Desafío Publicación: Miércoles 24 de Marzo de 2010

*Candados y Llaves

*Comercio Político

*Armas: Gran Botín

Por Rafael Loret de Mola

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Los candados legales son, en México, fuentes de fobias, prejuicios y temores. En algunos casos, incluso, tienen dedicatoria precisa y reflejan, sin duda, la mediocridad de cuantos, uniendo intereses soterrados, en “bola” para decirlo coloquialmente, se sienten incapaces de remontar a los adversarios brillantes de otra manera. Así, por ejemplo, durante el Congreso Constituyente de 1917, lo mismo que en el de 1857, se marginó a los mexicanos hijos de extranjeros de cualquier pretensión presidencialista y lo mismo se segregó a religiosos y militares de la vida política, entre otras muchas decisiones sesgadas.

Para nadie es un secreto que cuando se apostó por las instituciones, suprimiendo de tajo a los caudillajes posrevolucionarios, uno de los prejuicios más arraigados, con ventilaciones históricas polarizadas, se dio en torno a los “curas de pueblo”, como desdeñosamente los calificaban, por cuanto significaban, cada quien en su feudo, verdaderos liderazgos naturales capaces de contrarrestar a quienes, por lo general mediante la fuerza bruta, se erigían en caciques aldeanos inamovibles. Las sotanas, entonces, eran un auténtico estorbo para la fusilería. Y, por supuesto, bajo el prurito de alcanzar la añorada paz social, se optó por marginar a los religiosos y también a los militares porque en ellos anidan, más que en ningún otro grupo de presión, los sueños golpistas.

Por supuesto, las maledicencias soterradas acaban por aflorar, sin remedio, y enfrentar las reformas obligadas por la dinámica social y política aunque para ello pasen décadas. Por ejemplo, hasta 1993, esto setenta y seis años después de la promulgación de la Carta Magna con sesgos fariseos indiscutibles, no fue posible poner en orden la normativa para rescatar a las iglesias de la clandestinidad jurídica y enderezar con ello la nave de una democracia siempre cernida a la voluntad central. Y tal se dio, por coincidencia casi perversa, durante un periodo presidencial, el de Carlos Salinas, que desembocó en la barbarie con inclusión del asesinato de un príncipe de la Iglesia, el Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Las simulaciones han sido extremas. Y la línea sigue, sin remedio, en tanto se mantiene la demagogia en condición de escudo insondable. Porque, en esencia, los actuales legisladores, quienes aseveran haberse separado del presidencialismo asfixiante aun cuando éste sigue imponiendo las reglas y las iniciativas claves, no son sino continuadores de los viejos bandos, liberales y conservadores, que han medrado con la historia de México según sus personales apetencias. De allí los vaivenes incesantes entre la derecha y la izquierda bajo mandatos sólo aparentemente del mismo signo.

Sobre el particular, es destacable que así como los priístas no se parecían entre sí -¿existe alguna relación, por ejemplo, entre la izquierda cardenista y la derecha alemanista?-, los dos regímenes provenientes de Acción Nacional distan una barbaridad uno del otro en cuestiones ideológicas e incluso en cuanto a la praxis. El anterior, cernido a un cogobierno en ausencia de carácter por parte del titular del Ejecutivo, privilegió al empresariado como su sostén principal en tanto Felipe Calderón, quien ya riñó con los patrones, apuesta por el viejo corporativismo y se cierne, cada vez más, a las líneas de personajes deleznables como la poderosa “novia de Chucky”, Elba Esther.

No es de extrañar, por tanto, la puesta en escena de trampas tendenciosas, armadas al gusto de los pasajeros usufructuarios del poder central, y de acuerdo a los lineamientos de quienes ejercen dominio territorial y sostienen la fuerza fáctica, destinadas a quebrantar a los rivales incómodos, esto es a cuantos no se someten automáticamente a los designios superiores, aun cuando ello suponga elevar los niveles de simulación con el consiguiente sometimiento del colectivo inerme. Y, no pocas veces, ello se traduce en pugnas abiertas entre mafias con alcances similares, o cárteles para decirlo sin eufemismos, enfrentados también por los fueros políticos como si tales representaran el primero de los pasos para asegurarse los controles generales.

Por lo mismo se insiste en que cuantos están dispuestos a los “sacrificios” de las postulaciones partidistas, antes requieren ya no el aval presidencial sino el visto bueno de los poderosos, los capos claro, con ramificaciones multinacionales y padrinazgos continentales, sobre todo en el suelo estadounidense en donde los fariseísmos son mayores cuando sólo se observan pajas en los ojos ajenos.

En esta encrucijada, que se nos presenta casi sin salidas, está anclada la vida política de la nación en un año, el que corre, de enorme importancia para delinear el futuro inmediato y la consiguiente carrera por la sucesión presidencial en la que, de antemano, el bien parece vencido por cuantos apuestan al mal.

Debate

El Consejo Estatal Electoral de Sinaloa dispuso, con las líneas sectarias descritas, prohibir el uso de acrónimos en la propaganda de los candidatos a puestos de elección popular. Por acrónimo se entiende, de acuerdo al Diccionario Práctico de la Lengua Española (Grijalbo), la palabra “formada por sílabas o letras de otras”. La cuestión, por supuesto, estriba en cuál es el daño infringido a la democracia por cuantos pretendan el uso de los mismos. Dentro de poco las síntesis, los apodos y las contracciones serán también merecedoras de la descalificación sesgada. ¿Acaso tienen el sello de Belcebú?

Al paso que vamos será necesario legislar, dentro de muy poco, sobre las palabras, modismos, mexicanismos y sentencias que puedan usarse durante cada lid comicial para no “vulgarizar” los debates de acuerdo a los criterios de los invisibles siete sabios del establishment. Y será reo del fuego eterno quien ose hablar, por supuesto, de las satánicas “chachalacas”. No vaya a ser que se repita la terrible historia de los peligros para México. Tendremos que persignarnos, todos, ante las capillas de los falsos redentores.

¿Y todo por qué? Sencillo: en tierras sinaloenses, el senador Mario López Valdez, es conocido como “Malova”, esto es un acrónimo formado con las primeras sílabas de su nombre y apellidos y que trasladó a sus ferreterías, fuentes del patrimonio gregario, con todo y sus efectos comerciales. Y como ahora Malova ha optado por alejarse del PRI, al constatar las infiltraciones non santas de este partido erosionado por la voluntad del gobernador en ejercicio, Jesús Aguilar Padilla, tal basta para que sea merecedor de la “dedicatoria” por parte de un consejo electoral que se mueve al ritmo marcado por los operadores del mandatario. Pobre de aquel que pretenda romper la cadena de simulaciones, lugares comunes y valores entendidos. No en Sinaloa, desde donde salieron los capos relevantes del presente.

Habrá quienes digan que también el favorito de la dirigencia priísta amafiada, el ex alcalde de Culiacán, Jesús Vizcarra utiliza la sílaba “Viz” para enmarcar con ella a sus empresas rutilantes. Pese a ello, tal no tiene un contexto similar porque no se ha generalizado como en el caso de Malova. La distancia es abismal y, por supuesto, con ello se evidencia la tortuosa senda utilizada por los consejeros testaferros del gobernador. Una vergüenza que se aprecia per se, por sí misma, en un plano en el que la democracia es como pretenden dictarla desde las componendas inconfesables. Abyección pueril, nada más.

¿Así es como se construyen los escenarios democráticos para el mañana?¿De una vez no se animan a prohibir el uso de ciertos apellidos incómodos para exaltar con ello la jocosa imparcialidad de los “autónomos” rectores de los procesos electorales? Propongo el mío para el arranque.

El Reto

Desde Estados Unidos y Rusia se factura el 53 por ciento de las ventas de armamento en el mundo. Nuestros poderosos vecinos trasladan gran parte de los arsenales hacia México con el propósito de utilizar, como escala técnica y estratégica, a nuestro país. Un negocio que ha resultado redondo en materia subversiva por sus coberturas hacia el mercado negro, tan bien aprovechado por los grupos armados en rebeldía que ya son más de un centenera sobre territorio patrio.

¿Para cuándo, en serio, habrá de investigarse a las armerías instaladas en la línea fronteriza de los Estados Unidos con México –una cada cinco kilómetros-, como indiscutibles fuentes del recrudecimiento de la violencia y las vendettas a través de las entidades limítrofes con el vecino país del norte? Si se siguen las vertientes, ténganlo por seguro, podrá llegarse ante los padrinos que hoy permanecen “ocultos” estrechando las complicidades, sobre todo, con los mandos judiciales y castrenses.

Tal sería, por supuesto, bastante más efectivo que los inútiles periplos de Calderón por Ciudad Juárez y sus secuelas marcadas por la impudicia política. Las banderas de la demagogia se agitan a todo poder.

La Anécdota

Cuando visité, hace justamente ocho años, al defenestrado general Jesús Gutiérrez Rebollo, en el pelan de alta seguridad de Almoloya, éste me confió un nombre como “clave” para comprender las dimensiones del contrabando de armas hacia México y su contexto:

--Jaime Camil Garza –oriundo de Torreón e intocable desde hace ya varios sexenios-.

Por cierto, la esposa de Camil, la modelo Toni Starr, estuvo antes matrimoniada, nada menos, con Carlos Trouyet junior, heredero de una de las mayores fortunas de México, y otro de los factores significativos en las interrelaciones de los ex mandatarios. ¿Cuándo se inició el contubernio? Un amigo de esta columna asegura tener la pieza que falta para armar el rompecabezas:

--No te olvides –me dice- que Alicia “Licha” de la Madrid Hurtado, hermana de Miguel, fue la secretaria, con fama de muy eficiente, de Carlos Trouyet Sr.

La década de los ochenta, con Miguel de la Madrid instalado en Los Pinos, puede marcar el inicio no sólo del “boom” del narcotráfico.

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Blog: http://www.rafaelloretdemola.blogspot.com

E-mail: rafloret@hotmail.com

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Rafael Loret de Mola
Escritor

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