jueves, 29 de julio de 2010

PEGUENLE A CALDERON

Desafío Publicación: JUEVES 29 DE JULIO DE 2010

*Péguenle a Calderón

*Parapetos Mediáticos

*Sobre el Menos Malo

Por Rafael Loret de Mola

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Primero fue la cruzada contra “el pasado” para expresar que, en cualquier caso, el presente político es menos convulso; después, la campaña en pro del presidencialismo se centró en que quienes protestan por la falta de soluciones no son capaces de plantear proyectos encaminados a destrabar las grandes conflictivas, entre ellas la de la violencia, y sólo se dedican a lanzar piedras para merma de la figura central. Más adelante quizá pretendan vendernos que las omisiones severas de Felipe Calderón son, claro, más tranquilizadoras comparadas con la dinámica de un gobierno corruptor, es decir considerando como tal a la larga hegemonía priísta y nada más. Esto es como si los Fox hubieran sido fantasmas y los Calderón merecieran el aval ciego de una ciudadanía hastiada. Diez años ya.

Bien se sabe que el llamado “primer mandatario” recurre a asesores del exterior para inducir a la opinión pública acerca de las supuestas “bondades” de la inercia nacional. Dos españoles se llevan la palma en el renglón, acaso siguiendo los pasos imparables de la selección “roja” de fútbol: Antonio Solá, diseñador de las campañas del derechista Partido Popular, y Antonio Navalón quien se incorporó a los cotidianos nacionales como quien llega a su casa y abre la puerta con su propia llave. (Un trato, por cierto, muy alejado al que se da a los mexicanos en España, donde avanza la xenofobia y se aprietan las fuentes de empleos con todo y la discursiva sobre el primer mundo).

Con Solá y Navalón colocados en fuentes estratégicas, Calderón asume que su problema de imagen está resuelto. Basta con que el virus inductivo de la demagogia se apodere de la perspectiva social y se desarrolle al amparo de la ignorancia y el fastidio colectivo. Se trata, claro, de medir en donde están los puntos débiles de los mexicanos, confundidos por un alud de justificaciones falaces, para que sobre ellos se diseñen las estrategias desde el núcleo fuerte de la Presidencia. ¡Si son capaces de convertir en candidato a quien fue señalado como pederasta y asumirlo redentor contra los cacicazgos priístas, de acuerdo a sus habituales cantaletas! Pregunten en Veracruz y lo confirmarán.

En esta línea, el Comité Directivo Estatal del PAN en Morelos se animó a presentar, a plana entera, una curiosa propaganda, con pretensiones de ser lapidaria, para inquirir a quienes critican a Calderón si tienen propuestas que hacer antes de lanzar la primera piedra sobre el señalado “pecador”. Esto es: reconocen, per se, la negligencia gubernamental en cuanto a la ausencia de resultados en la lucha contra la delincuencia organizada, pero trasladan la bola caliente a quienes señalan al titular del Ejecutivo por su negligencia. El título no puede ser más sugerente:

“Que el Presidente de la República equivocó la lucha contra la delincuencia organizada... ¡ajá! ¿Y entonces qué proponen?”

Esto es: el mal no está en la parálisis ni en los yerros gubernamentales sino en el pertinaz y perverso cuestionamiento al “primer mandatario” supuestamente sin esbozo de solución alguna al gravísimo conflicto que mantiene al país entero en jaque. Por tanto, la crítica debiera cesar y dejar de ser contrapeso a los excesos autoritarios para otorgarle a Calderón dispensa absoluta. Este es el criterio de quienes, basados en la parafernalia presidencial, se curan en salud y exhiben su notoria incapacidad para entender, siquiera, la geopolítica nacional. Claro, quienes diseñan las campañas... llegaron de allende el mar para quedarse, euros de por medio, medrando entre nosotros. La reconquista ya está aquí mientras se elevan los fastos del bicentenario. Otra vez, falacias.

Desde luego, la monserga es bastante sencilla de responder si se aplica la memoria como instrumento y no la pasión sectaria; de hecho, incluso algunos connotados miembros de la derecha admiten, sin miramientos, el fracaso del gobierno en cierne a diferencia, claro, de quienes perciben que con ello estarían en ruta a perder prebendas y perspectivas hacia el futuro. Cuantos se arraigan hoy a la figura presidencial, con la mima fruición con la que los priístas lo hacían a lo largo de la “dictadura casi perfecta”, exhiben el nivel de sus obcecadas mentes, confundidas igualmente al no poder disociar sus discursos falsamente democráticos de la disciplina sectaria que los convierte en incondicionales de la parálisis y la negligencia públicas.

Y para hacer posible tal distorsión se requiere, claro, a operarios y consejeros del exterior, con o sin las barbas al estilo de Cortés, para quienes México sigue siendo una tierra virgen lista a ser dominada por los guerreros del primer mundo, expertos en el arte de la manipulación mediática por antonomasia. Dijéramos que los jamelgos de los extremeños conquistadores han sido cambiados por las redes de las inducciones mediáticas y las consiguientes recojas de oro, o de euros luego de convertir los pobres pesos, para beneplácito de las coronas primermundistas. Lo mismo que antes si bien con matices.

Debate

¿Soluciones? Pues, la verdad, no han escaseado las propuestas. Para infortunio general, la clase panista en el poder las desecha con la misma facilidad rutinaria con la que se arrojan los envoltorios al cesto de la basura. Para ellos lo único válido es cuanto asume su propio grupo y todo lo demás se encoge a los terrenos de la perversa irresponsabilidad.

En estas líneas, por ejemplo, hemos manifestado varias salidas urgentes para intentar salir del atolladero brutal de la inseguridad pública creciente:

1.- El saneamiento de las corporaciones judiciales y, sobre todo, de los mandos militares. Nunca será efectivo, insiste el columnista, colocar la Iglesia en manos de Lucero, esto es, la responsiva para perseguir a los mafiosos desde fuentes infiltradas por los mismos. Ya se sabe que, en cuanto a las policías, sólo fue encontrado “confiable” el cuarenta por cierto de los efectivos... con muy buena voluntad de análisis que casi raya en el optimismo demagógico. Pero, ¿y el ejército? A éste se le dio prioridad para salir de los cuarteles sin antes diseccionar sobre las relaciones inconfesables de no pocos superiores castrenses. Y de allí a los abusos no hay sino un paso.

2.- Establecer convenios internacionales con el propósito de integrar, acaso con el aval de la ONU –ya es tiempo de que sirva para algo más que simple foro de recurrentes discursos-, policías especializadas con elementos de distintas naciones, capacitados con excelencia y perfectamente pertrechados. De otra manera, las mafias seguirán teniendo dominio territorial porque cuentan con mejor tecnología y son capaces hasta de controlar la agenda presidencial. (No se olvide el caso del mayor Arturo González Fernández, adscrito a Los Pinos, y detenido en diciembre de 2008 por mantener contactos con los “capos” y hermanos Beltrán Leyva a quienes proporcionaba información sobre la agenda presidencial; a cambio, el huésped de la residencia oficial no conoce, según expresa, el paradero ni los movimientos del “Chapo” Guzmán, uno de los grandes narcotraficantes inviolables).

3.- Combatir la pobreza extrema creando las oportunidades laborales para ello e intentando abatir, por ende, el deslumbramiento del dinero fácil con el que se coopta a los más necesitados para convertirlos en señores de horca y cuchillo. Mientras, los soldados y los elementos policíacos se mantienen con sueldos mínimos. Es decir, se actúa, lastimosamente, a contracorriente de la realidad y, por tanto, toda acción se disemina por el contagio de la ingente corrupción.

Tales son soluciones, no señalamientos marginales. Pero, claro, para los panistas sólo existe cuanto ellos proponen. Por eso no ven más allá de sus narices.

El Reto

En reciente reunión con un grupo de valiosos intelectuales, precisamente aquellos que no andan a la caza de candilejas ni en pos de la “iniciativa México” para figurar en televisión, surgió la enérgica voz de una dama que, palabras más o menos, expresó:

--La verdad creo que ha llegado la hora de negociar. Sí, de negociar entre el gobierno y los grandes cárteles. Que se establezca una especie de tregua para detener la oleada de violencia, la marea de sangre. Esta guerra no la puede ganar el gobierno; ya se sabe. Entonces es necesario tomar medidas de emergencia.

Cayó sobre los convocados, desde luego, un pesado silencio. No pocas veces las sacudidas de conciencia resultan del imperativo de medir la realidad y pasar sobre los prejuicios inalterables que desembocan en la rigidez de las reglas, insostenibles ya a causa de la dinámica social y la erosión estructural del establishment.

No hubo consenso, naturalmente, porque hay quienes, con razón sin duda, se resisten a sucumbir moralmente en aras de acuerdos pasajeros. No por ello lo expresado líneas arriba debe desecharse, sobre todo porque priva entre los mexicanos la voluntad de hacer algo más que extender la violencia como efecto de la “filosofía de guerra” a la que apuestan Felipe Calderón, sus corifeos y sus asesores importados.

La Anécdota

Durante la campaña proselitista de 2006, entre no pocos electores se extendió una sentencia: “hay que votar por el menos malo”. Y en esta condición se ubicó al continuista Felipe Calderón ante los riesgos supuestos, peligros les llamaron, de un viraje drástico hacia la izquierda.

Con miras al 2012, la derecha intenta recuperar la misma monserga en ausencia de liderazgos consolidados al interior del gabinete presidencial y entre la dirigencia del PAN. Se alega que sólo la continuidad es responsable porque cualquier otra cosa sería nefasta... aunque se admita el fracaso del régimen en curso, el “menos malo” de acuerdo a los sofismas de quienes venden ideas cortadas con las hispánicas tijeras de la reconquista. Hay que abundar, desde luego.

¿Podremos alguna vez elegir al mejor?¿Lo tendremos a mano? Si no es así ya va siendo hora de buscarlo.

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Rafael Loret de Mola

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