lunes, 24 de mayo de 2010
Pillos, locos, entre ellos también los mesiánicos, y sinvergüenzas pueblan las escenografías del presente atenidas a los flagelos de la violencia, la complicidad sectaria y los vínculos inconfesables. El diagnóstico puede resultar, a los lectores neófitos, hasta chocante por provocador. Los bien informados, en cambio, aceptarán que los sustentos, de los cuales me ocuparé en este espacio, son suficientemente sólidos para sostener este aserto y otros más, definitorios, por desgracia, de una perspectiva bastante amarga para cuantos creen en la democracia y asumen que hasta los contratiempos, incoherencias y traiciones se deben a ella.
El referente obligado es cuanto ha sucedido en Aguascalientes en torno a la trampa judicial tendida –a dos años y medio de que terminó su actuación como alcalde de la capital estatal-, al panista Martín Orozco Sandoval, el mejor posicionado, sin duda, entre quienes se presentaron como postulantes a la gubernatura aun cuando no contara con el aval de su “correligionario” –así, entre comillas-, el mandatario en funciones, Luis Armando Reynoso Femat, a quien los consejeros nacionales del PAN le han advertido, cuando menos en dos ocasiones, de la posibilidad de ser expulsado de su partido por sus sonoros diferendos con legisladores y dirigentes del mismo organismo. Y él, en lugar de asumir alguna rectificación, ha respondido con ruidosa altanería.
Los hechos incontrovertibles son:
1.- Reynoso pretendía imponer a un candidato de su feudo, controlado por él aun cuando tuviera limitados alcances entre la ciudadanía, copiando el acuerdo que entre los mandatarios estatales y la presidenta priístas se dio, esto es para favorecer a los favoritos de los gobernadores con la premisa de asegurar con ello el devenir de los comicios. Esto es: comprometiendo a los jefes políticos de cada estado a sacar la elección “a como de lugar” en uso de la parafernalia caciquil en cada caso.
2.- Al no contar con respaldo y definirse la candidatura a favor de Orozco –quien como alcalde se mostró como el mayor adversario del gobernador Reynoso, pese a ser los dos panistas, sufriendo infinidad de presiones y recortes en los presupuestos establecidos-, desde la alcaldía aguascalentense, en manos del PRI como efecto del tremendo desgaste de los cuadros panistas encabezados por el mandatario acusado de contar con nexos demasiado peligrosos y muy a la vista-, se fraguó una conjura para desarbolar el lanzamiento de Orozco: esto es, hurgando los papeles legados por su administración, que soportaron las auditorías iniciales sin el menor problema, hasta encontrar el hilo de la trampa.
Se le acusó entonces por privilegiar, desde el municipio, la permuta de unos terrenos, aledaños a un basurero, para posteriormente adquirir el lote respectivo destrabando así un pequeñísimo conflicto urbano. Un asunto a todas luces menor –como el caso del predio que dio lugar al absurdo juicio de procedencia contra Andrés Manuel López Obrador-, exaltado por el afán de corroer las aspiraciones de Orozco y dejar la ruta despejada... a favor de un priísmo que, además, es beneficiario de la depredación del gobierno estatal panista.
3.- Reynoso, enseguida, ideó una estrategia paralela: acercarse a los Fox –lo que en el priísmo de otros tiempos se hubiese interpretado como acudir en busca del “beso del diablo”-, para hacer palanca con él y provocar a la dirigencia panista. Para el caso, condujo una muestra de la Feria de San Marcos hacia la heredad de San Cristóbal en donde manda la pareja ex presidencial, con inclusión de toros y palenque. Y se la pasaron estupendamente. Después, claro, los agasajados Fox fueron recibidos en Aguascalientes para ser mostrados como huéspedes de honor, al lado de Reynoso, en varias de las actividades feriales. (No olvidemos que el año pasado, la exacerbación publicitaria de la influenza –ahora son peores los síntomas y ninguna emergencia se decreta-, obligó a suspender el evento cuyas derramas son, en buena medida, las que delinean la estabilidad económica de la región).
4.- Como cauce de lo anterior, Vicente, el de las botas y hebillas con sus iniciales como egocéntrica dramatización de su propio perfil, se erigió en punta de lanza para expresar que “el PAN podría perder Aguascalientes” como efecto, no de la descalificación sonora del gobernador predador y señalado por corrupto y mafioso, de la “necedad” de la dirigencia panista de no encontrarle reemplazo a Orozco, pese a estar sujeto éste a un procedimiento penal y haber sido inhabilitado para ejercer cargos públicos. Como si, en el fondo, no fuera tal la estrategia de Reynoso para asegurarse, negociaciones soterradas de por medio, el beneplácito de la impunidad que le brindaría su amigo, el priísta Carlos Lozano de la Torre, ¡quien no niega su cercanía con el mandatario hidrocálido!
5.- Finalmente, Reynoso, envalentonado, acusó al PAN por “aliarse con todos menos con el PAN”, esto es con los gobernadores de esta filiación, específicamente con él, para proyectar a los precandidatos ad hoc... a la estructura caciquil pintada de azul.
Debate
Los promotores de la “democracia”, por tantos años atenidos al PAN y sus abanderados, desde una derecha que fue gradual y terminó siendo convenenciera, han sido desnudados por sus propias intransigencias internas y las sinrazones de sus alianzas con la izquierda en determinados estados en donde no ha crecido si bien se niegan a proceder igual en donde creen tener posibilidades de vencer a solas –digamos Aguascalientes o Veracruz, donde postularon a un esbirro de Elba Esther Gordillo, Miguel Ángel Yunes, renegado como su protectora de sus banderas originales con tal de consumar sus escaladas de ambiciones-. Una antología de la demagogia, la antítesis de toda vocación democrática.
Mientras ello ocurre, el presidencialismo sigue siendo exaltado a través de la impunidad que cobija a los ex mandatarios –los priístas y el panista locuaz e impertinente-, felices de ocupar los espacios vacíos que un gobierno federal acorralado ha dejado para honrar con ello la agenda militar y el medio tiempo de un mandatario, Felipe Calderón, a quien, sobra decirlo, le quedó demasiado grande el saco. Las tímidas respuestas de éste, cuando su partido es incapaz de remontar las estructuras sólidas del viejo priísmo –como sucedió el domingo en Yucatán-, son fehacientes pruebas de su propio indecoro político.
Por ello, claro, Fox se ha convertido en el escudo de los candidatos panistas cortados a la medida del pasado. Lo mismo en Hidalgo que en Veracruz, en donde concursan elementos muy afines a él, confirmándose las tendencias corporativistas que supuestamente debieron desaparecer con el cambio prometido y traicionado. En este renglón, por tanto, ha superado a su maestro, el gran simulador Ernesto Zedillo, quien es motivo de reconocimientos por parte de los panistas tuertos y olvidadizos, luego de haber sido señalado por los mismos, durante la campaña 1999-2000 sobre todo, cono fuente de las corruptelas y desviaciones que obligaban a encontrar la vía hacia el cambio estructural y drástico. Puras mentiras.
Cuando los priístas, en pleno desbordamiento por percibir que van otra vez a la vanguardia y a punto de conquistar la “pole position” de cara a la carrera por la sucesión presidencial, insisten en que los panistas “no saben gobernar”, no hacen sino refrendar el éxito de sus propios operadores. Éstos, sencillamente, dejaron que sus adversarios de la derecha se pintaran solos... y lo hicieron.
Ahora, para infortunio del panismo en posición todavía de la Primera Magistratura en los fueros federales, parece demasiado tarde. El PRI aparece como virtual vencedor en las doce entidades que disputarán gubernaturas en julio próximo, aun cuando se tengan dudas sobre la certeza de las encuestas en Oaxaca, sobre todo, Sinaloa y Tlaxcala. Pero aun si pierde el otrora invencible en estas entidades, con nueve a la palestra, la causa priísta podría asegurarse de cara al 2012.
El Reto
Los errores siguen siendo los que establecen las pautas. En Quintana Roo, por ejemplo, los priístas se encargaron de escandalizar sobre la extradición del ex mandatario de esta entidad, Mario Villanueva Madrid, a los Estados Unidos. El personaje, aprehendido en mayo de 2001 a dos años de distancia de haber culminado su mandato estatal bajo el estruendo, no ha podido demostrar su inocencia respecto a haber sido enclave del cártel de Ciudad Juárez cuando la península yucateca se convirtió en el triángulo dorado del mismo.
El caso es que la torpeza condujo hacia Carlos Mario Villanueva Tenorio, hijo del ex gobernador y candidato del PRI a la alcaldía de Othón P. Blanco, esto es de Chetumal, la capital de la entidad. Y para el caso, las voces descocadas insistieron en que el procedimiento, por demás esperado desde hace años, no era sino una maniobra contra el PRI como antes lo fue, en 2001, por cuanto significó la derrota del mismo partido... en Yucatán, feudo hasta entonces del intocable Víctor Cervera, el cacique ya extinto –todo horror tiene su final-.
¿Y entonces, por qué jamás se procedió contra Cervera en tiempo y hora?
La Anécdota
Me contó Isabel Arvide que para ella también fue una sorpresa cuando le pidieron acudir a un encuentro con Mario Villanueva, en 1999, para que éste expusiera, a través de ella, sus puntos de vista.
Isabel explicó:
-Cuando llegué al sitio indicado, supe que se trataba de uno de los ranchos del gobernador Cervera en el sur de Yucatán. Allí estaba Villanueva.
Fuera de cuanto percibió Isabel, el hecho notable es el del refugio inicial de Villanueva. Pero sólo contra éste se hicieron averiguaciones. Sin duda, uno de los grandes misterios de la política sectaria, ramplona y tuerta que se ejerce en el México contemporáneo. Para la justicia, los mismos calificativos.
E-Mail: rafloret@hotmail.com
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POR LA ESPIRAL
ResponderEliminar*Claudia Luna Palencia
-2012: La sucesión
-Escenarios futuros
-21 personajes en entrevista
Hace tiempo que la economía y la política están entrelazadas, a los dueños del capital les importa que la persona que gobierne comulgue con sus prácticas e ideas como grupo de poder.
En México, con sus avasallantes divisiones entre clases sociales y la inequidad que masifica la pobreza y concentra la riqueza, la política no hace más que ser un acto de expresión de las desigualdades porque los mismos cotos oligárquicos que cunden en lo económico también proliferan con los cacicazgos políticos.
No cabe duda, que una pluma curtida en trabajo y honestidad como la de Rafael Loret de Mola permite en su más reciente libro “2012: La sucesión” de Editorial Océano, comprender y ubicar perfectamente los pormenores de cuanto acontece en la geografía electoral y el quehacer político de nuestro país.
El escritor mexicano dedica de forma brillante un análisis para desmenuzar de cabo a rabo desde las escenografías criminales a las alianzas turbias.
Y es que con todo lo que política y económicamente se juega de forma y de fondo no es de extrañar que el clima en México esté por encima de las ya caldeadas temperaturas del termómetro ambiental.
Efectivamente este año nos dará una pauta de cuánto acontecerá en 2012, no se trata únicamente de quien sea el abanderado de uno u otro partido, sino de quien mejor represente al poder oligárquico y al cacicazgo político y por supuesto, sin dejar de considerar que el narcotráfico también vota y decide.
Apenas pasó Yucatán y parece no irse todavía con las impugnaciones a la orden del día en una entidad a la que ha costado trabajo romper con el pasado priísta.
Hemos visto además cómo a nivel nacional el clima está enrarecido, la delincuencia organizada y el narcotráfico están jugando un papel importante dentro de la seguridad de los políticos en campaña y de quienes no lo están como el caso de Diego Fernández de Cevallos, quien no es calderonista pero sí un hombre de muchos afectos con Fernando Gómez Mont, titular de Gobernación.
Ya Juan Camilo Mouriño hombre cercano al presidente Felipe Calderón murió siendo titular de Gobernación en circunstancias que han levantado mucha especulación misma que el propio Loret de Mola despeja como en los casos de Maquío, Conchello y otros panistas muertos en medio de una duda nebulosa.
De la reconstrucción de hechos, Loret de Mola señala en su libro que: “Las indagatorias criminales siempre parten de una primera interrogante: ¿quién o quiénes son los beneficiarios?