*Reincidencias Notables *Opiniones que Ofuscan *Los Célebres Regresos Por Rafael Loret de Mola - - - - - - - - - - - - - - - - -
Siempre es factible encontrar la hebra negativa en la madeja de la crítica. Todo depende las lecturas y el sentido de éstas. Contaba mi maestro en el periodismo que hasta cuando se escribía una crónica de toros era posible inducir a los lectores: un pinchazo podría ser visto como una impericia terrible del espada o como un yerro que evitó el triunfo rotundo del mismo. El enfoque resulta primordial para matizar o exaltar hechos sin exhibir siquiera las intenciones. La objetividad tiene, por tanto, muchas connotaciones sólo perceptibles a quienes vencen el hastío y se atreven a cotejar informaciones más allá de los criterios lapidaros. En la actualidad mundial, por ejemplo, el combate contra el terrorismo forma parte esencial del ejercicio del poder y la consiguiente eficacia de los gobiernos. El clan Bush, en los Estados Unidos, basó gran parte de su consolidación en el manejo del terror y del dolor como advertencias para asegurar la continuidad y evitar los virajes comprometedores. Y en México, Felipe Calderón ha invertido la mayor parte de su agenda, a través de más de dos años, en el propósito de combatir la inseguridad pública en un entorno alterado por las vendettas, ajustes de cuentas y desbordamientos de los grupos delincuenciales formados, en buena parte, por elementos con formación policíaca o militar, esto es por buena parte de los despojos de las instituciones públicas del ramo.
RAFAEL LORET DE MOLAmartes, 22 de junio de 2010*Estigmas y espejos
*Egos presidenciales
*Réquiem por el PAN
Durante mi último encuentro con José López Portillo, postrado en la residencia de su hermana Margarita en las Lomas de Chapultepec, desgastado anímica y moralmente por efecto de sus pasiones personales, el ex presidente me confió:
-Lo que más me molesta es cuando me tachan de frívolo. No lo entiendo. Jamás lo he sido.
Le observé con tanta amargura que me abstuve, contra mi costumbre, de replicar. Era la viva imagen de un hombre exitoso, tanto que pudo ejercer la Primera Magistratura cuando ésta elevaba a la deidad terrenal convertida en símbolo patrio nada menos, vencido por sus grandes contradicciones... y acaso también por la ausencia de carácter.
Quizá el aserto tenía que ver con otra conversación en la que me animé a plantearle cuanto negativo había tenido el cerco femenino tendido a su alrededor durante sus años protagónicos. Su hermana, ya mencionada, pretendió convertirse en una especie de cacique de radio, televisión y cinematografía; su esposa, Carmen Romano, incontrolable por el dolor de las infidelidades; y sus amores, algunos de ellos entrelazados con las ambiciones políticas de sus parejas, le hicieron rehén de cuanto más detestaba, precisamente la frivolidad de la que ya no pudo apartarse aun cuando intentara remontarla, tímida y extemporáneamente, en los años finales.
Nací en Tamaulipas, crecí en Yucatán y la ciudad de México. Tengo diez años de matrimonio con la economista y escritora Claudia Luna Palencia y me gusta llevar a mi hijo al fútbol y los toros.
*Reincidencias Notables
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*Los Célebres Regresos
Por Rafael Loret de Mola
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Siempre es factible encontrar la hebra negativa en la madeja de la crítica. Todo depende las lecturas y el sentido de éstas. Contaba mi maestro en el periodismo que hasta cuando se escribía una crónica de toros era posible inducir a los lectores: un pinchazo podría ser visto como una impericia terrible del espada o como un yerro que evitó el triunfo rotundo del mismo. El enfoque resulta primordial para matizar o exaltar hechos sin exhibir siquiera las intenciones. La objetividad tiene, por tanto, muchas connotaciones sólo perceptibles a quienes vencen el hastío y se atreven a cotejar informaciones más allá de los criterios lapidaros.
En la actualidad mundial, por ejemplo, el combate contra el terrorismo forma parte esencial del ejercicio del poder y la consiguiente eficacia de los gobiernos. El clan Bush, en los Estados Unidos, basó gran parte de su consolidación en el manejo del terror y del dolor como advertencias para asegurar la continuidad y evitar los virajes comprometedores. Y en México, Felipe Calderón ha invertido la mayor parte de su agenda, a través de más de dos años, en el propósito de combatir la inseguridad pública en un entorno alterado por las vendettas, ajustes de cuentas y desbordamientos de los grupos delincuenciales formados, en buena parte, por elementos con formación policíaca o militar, esto es por buena parte de los despojos de las instituciones públicas del ramo.
RAFAEL LORET DE MOLAmartes, 22 de junio de 2010*Estigmas y espejos
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*Réquiem por el PAN
Durante mi último encuentro con José López Portillo, postrado en la residencia de su hermana Margarita en las Lomas de Chapultepec, desgastado anímica y moralmente por efecto de sus pasiones personales, el ex presidente me confió:
-Lo que más me molesta es cuando me tachan de frívolo. No lo entiendo. Jamás lo he sido.
Le observé con tanta amargura que me abstuve, contra mi costumbre, de replicar. Era la viva imagen de un hombre exitoso, tanto que pudo ejercer la Primera Magistratura cuando ésta elevaba a la deidad terrenal convertida en símbolo patrio nada menos, vencido por sus grandes contradicciones... y acaso también por la ausencia de carácter.
Quizá el aserto tenía que ver con otra conversación en la que me animé a plantearle cuanto negativo había tenido el cerco femenino tendido a su alrededor durante sus años protagónicos. Su hermana, ya mencionada, pretendió convertirse en una especie de cacique de radio, televisión y cinematografía; su esposa, Carmen Romano, incontrolable por el dolor de las infidelidades; y sus amores, algunos de ellos entrelazados con las ambiciones políticas de sus parejas, le hicieron rehén de cuanto más detestaba, precisamente la frivolidad de la que ya no pudo apartarse aun cuando intentara remontarla, tímida y extemporáneamente, en los años finales.