lunes, 28 de junio de 2010

Democracia pantanosa

RAFAEL LORET DE MOLAlunes, 28 de junio de 2010

Democracia pantanosa

*El factor oligarquía

*La fábrica de ídolos


En vez de debates y propuestas, candidatos y partidos han optado por entrar, de lleno, a la ruinosa batalla de las descalificaciones mutuas. Aun así, las alianzas turbias crecen. Por ejemplo, en Veracruz, en donde no hay candidato aliancista, la izquierda, representada por el ex gobernador priísta Dante Delgado, salido de la fábrica de Fernando Gutiérrez Barrios y ahora garante de Convergencia, opta por la prudencia frente a las provocaciones descocadas del “panista” Miguel Ángel Yunes, también ex priísta y cuasi gobernador durante el periodo del beodo Patricio Chirinos Calero, y prefiere hacer mutis para no entorpecer los acuerdos de su dirigencias nacionales, las del PRD y demás opciones cercanas, con el PAN y sus líderes con rostros de monaguillos regañados.

Con ello, claro, se exalta la dualidad permanente de los estrategas que privilegian las circunstancias –y las ambiciones, claro-, sobre plataformas ideológicas e históricas. Basta con este aserto para explicarnos el nivel de descomposición alcanzado durante los procesos comiciales en catorce entidades del país, doce de ellas con miras a renovar las gubernaturas en sendos duelos impregnados de rabiosos sectarismos, infecundos por lo demás, bajo una verborrea incesante y provocadora.

En Baja California, en donde se renovarán los ayuntamientos y el Congreso estatal, algunos postulantes, de plano, optaron por esconderse, reducir sus campañas o desaparecerlas, ganando tiempo, basándose en los severos riesgos contra su seguridad y a falta de suficientes garantías para ejercer la política sobre los templetes. El síndrome Lomas Taurinas ahoga y extiende su ponzoña. Y en Chiapas, todavía acordonada la llamada “región del conflicto”, se votará sólo por los futuros munícipes en un entorno obviamente infectado por los extremismos irresueltos y la ausencia de factores que permitan resolver la parálisis con diálogos efectivos. No basta, claro, con las buenas intenciones.

No son pocos quienes se preguntan si, por ejemplo, en Ciudad Juárez y algunos otros municipios de Chihuahua, podrá desarrollarse sin sobresaltos la jornada comicial. Algunos apuran que incluso los grandes “capos” administran sus amenazas y no caerán en el juego de alterar los cursos políticos para no “calentar” más, oficiosamente diríamos, la plaza. Sin embargo, capacidad para ello les sobra si consideramos la facilidad con la que, en días pasados, colapsaron la ciudad de Monterrey, reina del norte, mediante “narcobloqueos” destinados a exigir la imposible liberación de algunos de sus operadores.

Puede intuirse que acaso hay ciertos “entendimientos” bajo la mesa para asegurar la relativa tranquilidad de los votantes, salvo en aquellos sitios en los que la apuesta es por el terror... a la manera de cuanto ocurrió en 1994, tras el asesinato de Colosio y la validación del sucedáneo Zedillo catapultado por los llamados “votos del miedo” definitorios: en total, este personaje, sin carisma ni trayecto político, logró alzarse con el mayor número de sufragios emitidos por un candidato en la historia, más de 17 millones. El antecedente, por supuesto, obliga a meditar sobre las intenciones soterradas de cuantos pretenden mantener dominio sobre sus respectivas entidades a pesar del cansancio de una ciudadanía copada.

En Sinaloa, acaso la región de mayor riesgo en la perspectiva comicial de 2010, con dos candidatos en igualdad de circunstancias y un manejo de las encuestas bastante sesgado hacia la causa oficial, el debate entre los postulantes se centró en una cuestión obviamente incendiaria: El ex priísta y ahora aliancista, Mario López Velarde, preguntó a su ex correligionario y ex alcalde de Culiacán, Jesús Vizcarra Calderón, abanderado priísta y del gobernador Jesús Aguilar Padilla, si era o no compadre del muy famoso Ismael “El Mayo” Zambada, uno de los mayores “capos” y el más publicitado últimamente en semanarios políticos que le brindaron portadas y espacios para que enviara un tortuoso mensaje-advertencia a Felipe Calderón en el sentido de que éste no es blanco de los cárteles... por ahora.

Recuérdese igualmente el acre señalamiento de Manuel Clouthier Carrillo, diputado federal e hijo del inolvidable “Maquío”, de quien admiré siempre su fogosidad y autenticidad, al llamado “primer mandatario” por cuanto consideró que éste no había hecho lo necesario para combatir al exitoso cártel de Sinaloa, a diferencia de otros grupos similares a los que se ha pretendido descabezar. Y peor todavía, en conversación con este columnista, admitió que, en la mencionada entidad cuando menos, quien accediera al Palacio de Gobierno no podría substraerse de algún tipo de “negociación” con los narcotraficantes con dominio territorial. Terrible planteamiento pero, sin duda, certero.

Obvio es decir que, con vista a las elecciones domingueras, la paz sólo podrán garantizarla... los grupos delincuenciales y no el gobierno federal acotado ni la mayor parte de los mandatarios estatales. La apuesta se cierne, entonces, sobre cuáles serán los costos y las monedas de cambio.



Debate


Mientras ello ocurre, los grandes consorcios de la televisión avanzan con su Iniciativa México que se pretende ciudadana aun cuando haya salido de los despachos de Emilio Azcárraga Jean y Ricardo Salinas Pliego, dos personajes que en poco coinciden, social y políticamente, con la colectividad a la que discrecionalmente aseguran representar con sus aportaciones “oportunas”.

Ya hemos dicho que en cuando a los “chantajes”, los dos prósperos empresarios –cada vez mejor posicionados en entornos generales críticos- han tenido ya ganancias pingues. Por principio de cuentas, el todavía joven Azcárraga, tercero en lisa desde la fundación de Telesistema Mexicano en los años cincuenta, se embolsó, nada menos, la exclusividad para operar la fibra óptica, con el visto bueno del gobierno calderonista ansioso de mantener buenas ligas con el poderoso consorcio, misma que le permitirá una expansión tan ruidosa y contundente como la habilitada por la nueva Ley de Radio y Televisión. Dos goles sin barreras de contención.

Y en cuanto al habilidoso Salinas Pliego –registrado como el segundo mayor multimillonario de México, sólo superado por el inalcanzable Carlos Slim Helú, quien no apareció entre los grandes promotores de la Iniciativa mencionada-, los dividendos están a la vista: “su” Banco Azteca –el primero de capital mexicano desde la asunción del panismo al poder en 2000-, es el único que sigue cambiando dólares, sin mayores restricciones, mientras los demás han debido replegarse bajo la presión oficial sobre los cursos desviados del dinero sucio. ¿Será porque “Azteca” está libre de pecado o porque es fuente de complicidades mayores? La respuesta la dejo en ustedes, amables lectores.

Es mejor nombrar al proyecto que pretende la intromisión política de los dueños de la televisión privada y sus derivados, como Iniciativa Oligarca. Suena sin tantas pretensiones como las del uso del nombre de nuestra nación, permanente confundida con los fueros autoritarios. ¿Acaso en el pasado inmediato no se confundía al presidente con la patria misma cada que portaba la banda tricolor sobre el pecho? ¿Y al gobierno hegemónico con la concepción de Estado, como si fueran la misma cosa? No extraña, entonces, una nueva distorsión aunque sea tremenda.

Porque, sin duda, en el fondo de la cuestión perviven las apuestas hacia el futuro y el imperativo de asegurar el control del poder político con la baza del poder económico. Esto es sin ambigüedades ni interpretaciones.



El Reto


Al calor de los acontecimientos recientes cobra relevancia cuanto me dijo, el jueves 18 de febrero de este año, el doctor Leopoldo Gómez González-Blanco, vicepresidente de Noticieros de Televisa –“2012: La Sucesión”, Océano, 2010-, con referencia a la carrera... en pos del verdadero poder.

-¿Van a gobernar los medios masivos –le pregunté-, junto con el candidato al que le apuesten?

Gómez, acostumbrado a debatir con los controles en la mano –de allí el formato de su programa “Tercer Grado”-, no pareció incomodarse con la interrogante y respondió:

-No estoy de acuerdo con esa apreciación. Los medios sólo ponemos los micrófonos, las plumas, las cámaras y son los actores políticos quienes se encargan de reflejar sus atributos y debilidades. Cada quien es lo que sea capaz de demostrar.

Por supuesto, del dicho al hecho... hay mucho trecho. Y es evidente el afán protagónico de los grandes consorcios de la televisión privada, que simulan ir de la mano cuando se trata de contrarrestar las influencias de un gobierno acotado, dispuestos a cercar al régimen de Calderón para asegurarse el liderazgo en la carrera sucesoria simulando, además, servir así “a la ciudadanía”.

Finalmente, ¿cuántas dispensas fiscales están de por medio? Bien se sabe que tal podría ser el fondo del nuevo chantaje soterrado en aras de una falsa civilidad política. Abundaremos.



La Anécdota


¡Cuán fácil es crear, desde las televisoras con altas coberturas, ídolos de barro! Recuerden, los amables lectores, el experimento aquel llamado “Big Brother” que lanzó a la fama a un puñado de audaces reclusos voluntarios ayunos de pudor. Y observen, en la misma línea, los repetitivos episodios sobre la vida y milagro de Cuauhtémoc Blanco, el singular delantero de los “tricolores”, quien ya tiene ánimos suficientes para intentar hazañas mayores con independencia de los resultados del Mundial de Sudáfrica.

Me pregunta una amable lectora:

--¿A poco “el Temo” no sería un buen jefe de gobierno del Distrito Federal? Quien lo postule se llevará el gato al agua.

El balance ya está hecho, más allá de las “hazañas” mediáticas del Vasco Aguirre, rostro y voz originales de la Iniciativa México. Alguna vez, el tlaxcalteca Tulio Hernández, ex gobernador de su entidad, me dijo:

--El PRI es capaz de convertir al más feo de los mortales en el galán de más alta cotización. Sólo falta que se le haga candidato. Mírenme a mí.

¿Y el PAN y el PRD acaso no han aprendido la lección? Seguiremos en línea.

E-Mail; rafloret@hotmail.com

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